Ciudad de Vida y Muerte es una pelÃcula puramente comercial, pero más que eso. En algunos tramos parecida a las dos de Spielberg, La Lista de Schindler (que también es en blanco y negro) o Salvar al Soldado Ryan, la pelÃcula, que ganó la Concha de Oro en San Sebastián, es la narración de las atrocidades cometidas por los japoneses en la Masacre de NankÃn. Los nipones aparece como sádicos asesinos y violadores en serie. Los chinos como pobres vÃctimas de los imperialistas en alianza con los nazis en 1937.
El Gobierno chino tardó siete meses en aprobar el guión y, según dicen y afirma el propio director, no gustó que un par de japoneses aparecieran en la pelÃcula con cierta «humanidad» (yo vi la pelÃcula ayer y te digo que no hay tregua para Japón), y que algún chino resultara traidor… Ese serÃa el motivo de que la pelÃcula no compitiera en los Oscar. Suena todo a disimulo del Gobierno chino.
China necesita congraciarse con el mundo entero: turismo, Juegos OlÃmpicos, buenas relaciones comerciales, rascacielos y economÃa de consumo, algo de lujo para algunos… y cine. En esta pelÃcula, de excelente factura épica, nos recuerda su historia (y en parte la reescribe, supongo), para recordarnos que una vez fue vÃctima. Una vÃctima con la que el espectador se identifica en el primer segundo. Exito de cine, éxito de propaganda.
En PolÃtica y comunicación en la historia contemporánea, Romá Gubern tiene un artÃculo muy entretenido e interesante («Los lÃderes polÃticos y el cine») en el que relata la obsesión ya temprana de los gobernantes con esa nueva herramienta cuando surgió, a finales del siglo XIX. En el mismo libro hay otro artÃculo («Cine, escenografÃa de masas y totalitarismo»), sobre la pelÃcula polÃtica más citada de la historia: «El triunfo de la voluntad»,  supervisada personalmente por Hitler. Esta pelÃcula es aterradoramente fascinante: planos contrapicados y manejos de la luz para ver al «dios» Hitler bajando del cielo y dirigiéndose a una masa única; exhibición de fuerza inmensa; emoción en la música y las palabras y los gritos.
Más allá hay otro artÃculo («El uso del documental como estrategia polÃtica de Estado») que estudia el caso de «El triunfo de la voluntad», pero también de «Tierra de España» (información aquÃ;    vÃdeo aquÃ) (una pelÃcula de propaganda para los republicanos en la Guerra Civil española) y el primer capÃtulo de la serie «Â¿Por qué luchamos?», de Frank Capra, que defendÃa la posición aliada en los preludios de la II Guerra Mundial.